John Adams [SERIE, HBO, 2008] Capítulo 1/7

Con esta entrada comenzamos un asunto que llevábamos tiempo entre manos: hablar de series y películas.
Vamos a entrar por la puerta grande, ya que este período no es precisamente nuestra especialidad, así que primero contextualicemos wikipediamente.
"John Adams (30 de octubre de 1735-4 de julio de 1826) fue el segundo presidente de los Estados Unidos. Es considerado como uno de los padres fundadores del país".
SUFICIENTE.
Washington lo teníamos todos muy clarito, pero este no tanto. Sigamos.

¿Quién va a ser nuestro John Adams? Paul Giamatti, vuestro nuevo actor favorito. Comparemos con el original a ver qué pasa.
Bueeeeeno, venga, vale. Está bien.
Pasemos a Abigail Adams, su esposa, interpretada por Laura Linney.
Bueeeeeno, venga, vale. Vamos al turrón.
Ahora comentaremos, paso a paso, el primer capítulo. Si veis el capítulo en paralelo seguro que es más gracioso.

AVISO: SPOILERS
Por otra parte, es evidente, ¿no?

Empecemos. La intro es un poco chusca, la verdad.

Boston, 1770. Quedan 6 años para la Declaración de Independencia.


Está oscuro, hay nieve. Se acerca un jinete. Esto es muy rollo salvapatrias. Hay un señor colgado de un árbol, ya estamos con declaraciones de intenciones.



Llega a la ciudad. Gritos de niños a soldados ingleses ("¡Volved a Inglaterra"). Esta serie va al grano, ¿eh?

Por lo que parece es mala idea verla doblada, lo que dice en español no corresponde con los subtítulos. Volvemos a empezar.

Jinete en la nieve. Hombre colgado. Llega a casa.
Parece que John Adams se la ha pegado en un juicio. Debe ser abogado. Volvamos a Wikipedia. En efecto, era abogado. Aparece Abigail Adams, su esposa. Tienen una hija. No, tienen varios. También tiene peluca. Ahora arde algo. Esto es un no parar. Sale corriendo a ayudar porque es un buen vecino. Ahora de oyen disparos. Pues ya está. Un montón de pérfidos ingleses han matado a alguien. Ya se ha liado el taco.
Hay un puñado de muertos. Miradas tensas entre John, el capitán de los soldados ingleses y un señor que pasa por allí. El señor que pasa se llama Sam, parece que es su primo.

Vuelve a casa y la familia pregunta qué pasa. Suelta que solo era algo de jaleo. SEÑOR, ¡que ha muerto gente! Van 8 minutos y 45 segunos y se nos está yendo de las manos.

Abigail le lee La guerra de las Galias, de Julio César, a los niños. BIEN. Ahora le han pegado a un señor que es amigo de los guardias. Ha venido a pedir ayuda, quiere que defienda al capitán ingles. TOMA GIRO DE GUION.

Diatribas abogaciles sobre que nadie debería quedarse sin defensa en un país libre. John va a ver a la cárcel a los soldados. No tienen abogado. Le pelotean. Hechos y pruebas, dice John, que es un abogado íntegro.


Dicen que la culpa fue de los muertos, que el capitán inglés no dio la orden de disparar.

Resulta que John es amigo de un jefazo, el Procurador General, un subordinador del gobernador. Pues le ha dicho a la cara a John que es ambicioso.

Ahora se ha montado una mani en apoyo a los caídos con el lema "JOIN OR DIE". Pero sin presión, ¿eh? Joe, tienen monigotes de los ingleses y todo. Sam, el primo de John de antes, le acaba de amenazar, que se cree muy listo pero que si le clava una navaja en el pecho se muere igual. O algo así.
Vale, esta gente se hace llamar "hijos de la libertad".

Ahora John se pica porque el jurado va a condenar seguro a los acusados.
Su mujer le dice que tenga mano izquierda y que no pierda los papeles con los tontos. Más o menos.

Ya estamos en el juicio.
Un señor con cara de MUY MALO acusa al capitán ingles de devorar entrañas de niños y cantar a Satanás. Añade que los que murieron por disparos ingleses estaban jugando con bolas de nieve. La gente se ríe. Al final va a ser esto una comedia camuflada.
Parece que los alborotadores que se enfrentaron a los ingleses llevaban porras que se usan para trabajar. Habla uno del público, aquí interviene hasta Rita.
La cosa se pone seria, sale un negro a testificar. Parece que este dice la verdad. Cuenta que en realidad los alborotadores le tiraban cosas a los ingleses. Apenas está coartado por la gente.


Este no llega al siguiente telediario. Dice que los que gritaron "fuego" fueron los alborotadores. John hace un poco de CSI en el juicio, y acaba de desmontar a la acusación. El primer inglés que disparó lo hizo porque le atizaron.
       
Su mujer le dice que es vanidoso, que cita a demasiados hombres grandes.

El otro abogado dice que todo es mierda, que son asesinos, pero no se da cuenta de que está luchando contra el futuro Mr. President. John cita a un señor que nadie conoce (ignorando así a su señora) y dice una frase rimbombante. Su esposa está presente, pone los ojos en blanco.
John va a al grano: que sí, que no tienen representación en el Parlamento y eso puede llevar a la rebelión, pero que los extremos se tocan. Seguimos para cuñado.

Escena del hijo de John jugando con soldaditos y cañones. La mujer se acerca al niño y coge una figura que va vestida como los ingleses. El niño la derriba con una bala de juguete. JOHN, QUE TIENES AL ENEMIGO EN CASA.

El jurado dice que no culpables. Qué listo es nuestro John.
El juez abre por primera vez la boca y chilla: "GOD SAVE THE KING".
Algunos responden, otros no. Ojalá alguien girándose y diciendo: "Es tu rey lo quieras o no".
Nota: ningún inglés ha dicho todavía nada rollo "sí, sí, pero en tu DNI qué pone?"

El capitán inglés le dice a John que no está a salvo de la chusma y John se pone patriota y suelta que Massachusetts es su país. ¿Pero quién te ha preguntado eso, alma de cántaro?

Le dice a su señora que ha ganado, ella responde que ahora no habrá quien le aguante. Esta mujer es la alegría de la huerta, pero John se lo merece seguro. John ordena a sus hijos que traigan su pipa, el té y que le quiten las botas. Trabajad, esclavitos.

Reunión en casa Adams con los opositores a la Corona, entre ellos el primo de John. Parece que se ha ganado una reputación de imparcial, y si dijera algo contra el rey, sería bueno para la causa. Se hace el duro, que si tiene trabajo, que si la familia, que es demasiado independiente...

Ahora cena en casa Adams con el tipejo de antes, el Procurador General, le acaba de ofrecer el puesto de Procurador General del Almirantazgo. ¿En la siguiente escena le van a ofrecer el puesto de rey? Abigail suelta un latinajo. Tensión en la cena. No responde.

Le requieren en el puerto. Han llegado unos barcos cargados de té. TÉ. BARCOS. CHAN CHAN. Parece que les piden más impuestos, el señor del barco dice que se callen y descarguen el té. Otro se opone, hay una masa de personas mirando. Huele a que se lía el taco. El que se opone lanza el órdago diciendo que el té es una mierda y que no les permiten comprar otro té que no sea ese, que el monopolio es malo, etc. Se ha liado el taco. Han pillado al tipo entre todos. Lo desnudan. Escena desagradable incoming. En efecto, hay brea de por medio. Música dramática de fondo, John  grita "Barbarie", y mira con gesto compungido. Le echa la bronca a su primo, el que quería reclutarlo para la causa anti-británica.

Ahora toma el té con el Procurador General. Le echa la bronca porque son ciudadanos de segunda. John abronca a todo el mundo. Está a dos tés de inaugurar el centro político.

"La gente necesita gobiernos fuertes. Mesura. La mayoría de los hombres son débiles, perversos y sanguinarios". AH, PÁJARO.

La Corona ha decidido solucionar el asunto al estilo Max Power (por las malas, pero más rápido), y el amigo de John, el Procurador General lo chilla desde un balcón. Boston petado de soldados, en estado de sitio y sin poder comunciarse con las otras colonias, y si uno habla más alto que otro lo mandan para Londres para pegarle el explicote, se disuelve el consejo y cada mochuelo a su olivo. John ensaya su cara de disgusto:


El primo de John le dice que habrá un congreso en Filadelfia para estudiar el asunto, y que le ha nominado a él y a cuatro más.

El Procurador General le dice que Massachusetts está en estado de rebelión. PERDONE USTÉ. John comenta habla de derechos y de autodeterminación. Pobre iluso. Pues John se ha picado. El otro le ha dicho que la Corona no ve justicia en los tribunales de Boston y como John defendió exitosamente a los soldados se ha picado. Pero mucho, muy fuerte. Vamos, a él, A ÉL le va a venir el otro conque si se hace justicia o no. VAMOS, HABRASE VISTO. John ha pasado de inaugurar el centro del tablero al radicalismo recalcitrante en dos frases y un ego herido.

Reunión en una iglesia, presentan a Adams como enviado al congreso de Filadelfia. Discurso de John: "Derechos inherentes" "derivados del Creador", nada de parlamentos o coronas. "La libertad reinará en América". ¿Veis? Radicalismo recalcitrante.

Una carroza va a recogerle para que vaya a Filadelfia pero pide un caballo porque es muy humilde. Os lo hemos dicho: lo siguiente va a ser el puesto de rey. Montan una movida con banderas y gritos "¡Al congreso!" (que es ilegal) mientras los soldados ingleses montan guardia, el Procurador General lo ve todo. WTF? Música tierna-épica.

Hasta aquí el primer capítulo. Haremos lo mismo con el segundo si os gusta esta entrada. Por favor, decidnos algo para que continuemos o no.

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