¿Por qué son importantes los Monty Python?

Izq a der.: Eric Idle, Graham Chapman, Michael Palin, John Cleese, Terry Jones y Terry Gilliam.
Como podemos ver, Eric Idle ya era hipster.
Esta entrada se basa en la parcialidad, en un exceso de idolatría y fellatio, así que vayan preparándose.
Para un fan, la respuesta a la pregunta formulada en el título es obvia: los Monty Python no son importantes, son necesarios. Pero ¿qué ha hecho este grupo de británicos para ganarse el amor de tanta gente?

El beatle George Harrison, que ayudó a financiar "La vida de Brian", diría de ellos que innovaron con rebeldía, al igual que hiciera su grupo en la música. La colaboración entre los futuros Python comenzó cuando Jones y Palin se conocieron en Oxford y Chapman, Cleese e Idle en Cambridge. Desarrollarían un humor surrealista y culto al mismo tiempo, impregnado de su propia formación, que iba desde la Historia hasta las leyes o la música.
Sus propias personalidades forman parte del cóctel en que se convirtieron, y han sido definidos como "el very british Cleese, perfeccionista, metódico y testarudo; el hermético y atormentado Chapman; el temperamental e inquieto Jones; un concienciado y muy sociable Idle; el artista nato de Gilliam, anárquico e inconformista, y Palin, el buen amigo para todos, conciliador y simpático".
Su estilo torció la máxima introducción-nudo-desenlace y, quizá recordando a las palabras de Kurt Vonnegut sobre la escritura ("Da a los lectores el máximo de información posible lo antes posible. A la mierda el suspense."), comenzaban con elementos potentes para atraer la atención y dejaban morir la idea hasta que esta sufría un final absurdo a modo deus ex machina o se transformaba en un nuevo sketch.
No en vano, este es un grupo humorístico capaz de dar la más bella de las formas a un funeral, el de uno de sus miembros, Graham Chapman, presa de un cáncer.


Pero ¿cuál es la grandeza que se alcanza cuando el humor llega a tomar forma en momentos como este, en una entrevista tras la defunción de Chapman? 


Como dice Cleese, fue la primera persona en decir shit (mierda) en la TV británica, algo que podría parecer trivial, pero no lo es, sino que desvela mucho del espíritu transgresor de la formación.
Sus inicios universitarios darían paso a diversas apariciones en radio, escritura de guiones, etc., pero siempre con el grupo sin terminar de formar, y con el binomio Palin-Cleese como pegamento del futuro grupo. Todo ello terminaría eclosionando en Monty Python's Flying Circus, su propia serie de TV (1969-1974), donde las parejas cambiarían, pero serían clave del desarrollo creativo. Cleese-Chapman trabajaban aislados, pese a las quejas de Cleese sobre el carácter del segundo, Jones-Palin formaron otro de los grupos, e Idle escribía en solitario. Después de la escritura, se reunían, elegían los mejores sketches y repartían papeles.
Gilliam, como veremos más adelante, tenía su propio cometido acorde a su genialidad. 

¿En qué resultaba este sistema de trabajo? Una variedad de escenas con distintos puntos de vista que enamoraron al público. 
Jones-Palin derrochaban juegos de palabras y elementos visuales (Nobody expects the spanish Inquisition!), Cleese-Chapman eran  los más agresivos, e Idle jugaba en el campo del monologuista.



El arte de Terry Gilliam como núcleo irradiador




Gilliam, el único Python no nacido en Gran Bretaña, realizaba las famosas animaciones aparecidas en la serie y largometrajes de los Monty, además de encargarse de los papeles más breves y, sin embargo, grotescos. Gilliam continuó su carrera cinematográfica con obras de culto como "Brazil", Las aventuras del Barón Munchausen", "El rey pescador", "Doce monos", "Miedo y asco en las Vegas" o "El Imaginarium del Doctor Parnassus", entre otros (además, supuestamente tiene entre manos un proyecto para adaptar "Buenos presagios", novela de Terry Pratchett y Neil Gaiman).
Pero las figuras de los diferentes Montys han alcanzado fama diversa tras el fin de la actividad del grupo. Está claro que Cleese ha destacado (no solo en altura) sobre el resto por sus apariciones en cine y TV internacional, y que Idle también ha sido uno de los más reseñados por sus creaciones musicales (llegando a participar en la ceremonia de apertura de los juegos olímpicos de Londres de 2012.
Chapman fue, antes de su trágica defunción, protagonista en "La vida de Brian" o "Los caballeros de la mesa cuadrada", así que consiguió una alta cuota de importancia. Pero, ¿y los otros tres? Michael Palin, aunque menos destacado en el plano internacional, en su isla ha sido uno de los más visibles gracias a programas de TV diversos, entre ellos algunos dedicados a viajes por el mundo.
Finalmente, quedan los dos Terrys. Jones y Gilliam. Aparecían menos en pantalla por destacadas razones: eran los directores. Jones dirigió "La vida de Brian" y "El sentido de la vida", y junto con Gilliam, dirigieron "Los caballeros de la mesa cuadrada".


Los caballeros de la mesa cuadrada reunidos.


Hugh Laurie, Kenny Everett, Martes y Trece, Tricicle, Faemino y Cansado... son algunos de los nombres que deben mucho a este sexteto. Sus influencias se extienden por doquier, y el formato de la comedia, las maneras de los cómicos, no fueron lo mismo tras su aparición.


La palabra spam, tan utilizada hoy en día, no fue creada por los Monty en el estricto sentido de la palabra "crear", mas sin embargo sí le otorgaron el significado que hoy en día tiene gracias a un grandioso sketch.
"El gobierno llevaba trece años en el poder, y su eslogan era 'Nunca habéis vivido como ahora', y cuando Peter Cook imitó a Harold MacMillan lo ridiculizó y lo tildó de superfluo y carca, por lo que ya nadie pudo tomarlo en serio. En ocasiones la sátira es así de poderosa" (Eric Idle hablando sobre una de sus influencias, el humorista Cook, cuando ridiculizó al Primer Ministro McMillan).
Aquí queremos lanzar una reflexión que creemos que es muy importante. El humor, en cualquiera de sus formas, ha sido utilizado para reflejar la sociedad con una precisión increíble. Las sátiras existen desde hace mucho tiempo, y ya Aristófanes era un maestro del asunto que expuso temas comunes, la vida cotidiana y no los temas elevados del drama, frente al público, con obras impecables sobre política y plutocracia, como es el caso de "Pluto", donde reflexiona sobre el reparto de la riqueza. Atacaba con mordacidad a los dirigentes de Atenas, y realizaba así una crítica que no se escaparía de ser tildada de vulgar, pues no sentaba bien a las clases dirigentes.
A lo largo de la historia ha sido la comedia la encargada de ofrecer al público una visión más nítida de su realidad, allí donde otros géneros han fallado. Quizá porque el manto del humor ofrecía una excusa frente a la autoridad, quizá porque los cómicos están más dispuestos a exponer, con pelos y señales, los defectos de la sociedad en la que se insertan.
"El Satiricón" (Petronio), las obras de Juvenal, el Lazarillo de Tormes, "El diccionario del diablo" (Ambrose Bierce), Valle-Inclán, "Rebelión en la Granja" (Orwell), la películas "Dr. Strangelove" (Kubrick) o "Uno, dos, tres" (Wilder), las revistas El Papus, Charlie Hebdó o MAD, el programa "Polònia", las revistas El Jueves, Orgullo y Satisfacción... 
La lista es interminable, y esperemos que el humor y la crítica social también lo sean.

Los Monty Python quisieron imitar la historia y han terminado por hacer Historia.


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