Maneras absurdas de ganar una batalla: Pelusium (525 a. C.)

Ciro II conquistó vastos territorios, creando el mayor imperio de los conocidos hasta el momento: el imperio persa aqueménida.
Pero sería su hijo, Cambises II, el encargado de tomar Egipto para mayor gloria del Imperio. Para la conquista de este territorio fue decisiva una batalla, la de Pelusium, en el 525 a. C.

Cambises II captura al faraón Psamético III después de su conquista de Egipto.
Imagen de un sello persa, del siglo VI a.C.
Cambises tenía a su favor la superioridad numérica, pero al llegar a las murallas de la ciudad de Pelusium la realidad se impuso: sería muy difícil tomar el enclave.

La leyenda dice que Cambises ideó una estratagema que a ojos de cualquiera que no fuera de la ciudad de Pelusium (o egipcio) parecería absurdo. 

Lo primero fue pintar los escudos de los guerreros persas. El dibujo elegido: gatos.
Lo segundo fue utilizar las catapultas. No parece algo especialmente original durante el asedio de una ciudad, pero sí lo es cuando lo que se lanzan son... en efecto, gatos. Los pobres animalillos fueron "recolectados"  a una orden del rey persa y arrojados contra la ciudad. Además, Cambises dio la orden de poner en el rango de las flechas egipcias "perros, ovejas, gatos, ibis sagrados y cualquier otro animal que los egipcios considerasen sagrado".

Los arqueros egipcios (que tenían cierta fama en lo suyo) lo tuvieron muy difícil a partir de ahí. No querían disparar a las tropas persas pues el gato era un animal sagrado para la ciudad, que tenía como diosa de gran importancia a Bastet. Además, los ciudadanos y soldados de Pelusium se comenzaron a sentir incómodos ante la posibilidad de herir a los animales de una u otra manera, así que optaron por rendirse.

REFERENCIA:
  • Polieno, Estratagemas, libro 7, 9.

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